Recientemente
y al calor de la precampaña electoral para las elecciones autonómicas de 2.015
ha vuelto al candelero una información antigua sobre la esperanza de vida en la
ciudad de Madrid y en algunos de sus barrios. El dato lo ha aportado “Podemos”,
en concreto su candidato a la Comunidad de Madrid José Manuel López, quien lo
utilizó en un acto en el Hotel Ritz de Madrid el día 13 de Abril. Desde
entonces ha sido twitteado y retwitteado con profusión por ese partido y por
algunos de sus dirigentes, siendo reproducido también en algunas crónicas
periodísticas, como la de Carlos Córdova en El País el 1 de Mayo (http://bit.ly/1I2tt4c). Como antecedente del repentino
interés político-mediático por esta información puede mentarse un artículo
publicado en el mismo diario y sobre el mismo tema hace 8 años (http://bit.ly/1AR9D4p).
El dato
de Orcasur al que se hace referencia está publicado en el Estudio de Salud de
la ciudad de Madrid que vio la luz en 2.008 y fue calculado a partir de los
datos oficiales de mortalidad y población de 2.002. Se trata, por tanto, de la
esperanza de vida de los hombres de ese barrio en 2.002.
En la
página 194 de dicho Estudio, que se puede descargar de la web de Madrid Salud a
través de este link: http://bit.ly/1GkFYEX, se recoge que la Esperanza Media de
Vida al Nacer (EMVN) de los hombres del barrio de Orcasur era, entonces, de
71,59 años, esto es, entre las más bajas de los barrios de la ciudad
analizados. En dicho trabajo no se compara ese dato con el del Distrito de
Salamanca (“distrito”, que no “barrio”) como insisten en hacer políticos y
periodistas, no siendo razonable realizar esas comparaciones entre unidades
territoriales tan diferentes por la distinta magnitud de sus cifras de población
(Barrio de Orcasur unos 13.000 habitantes y Distrito de Salamanca unos 146.000,
o sea, más de 10 veces más) y por el desigual número de defunciones anuales que
ambas zonas registran, si bien ambas
esperanzas de vida aparecen en dicho trabajo. En el citado artículo de El País
de 2.007 el periodista compara también y, como digo a mi modo de ver,
erróneamente, el indicador calculado a partir de datos procedentes de un solo
año de barrio y distrito, aunque de aquélla crónica periodística se deduzca que
en el Estudio las comparaciones se hacen sólo entre distritos.
Si en
aquél lejano trabajo se calculó la expectativa vital en la población de algunos
barrios de la ciudad se hizo con la intención de que este ejercicio de análisis
ayudara a situar geográficamente y de forma aproximada en qué zonas de los
distritos con peores esperanzas vitales podrían focalizarse los problemas
preferentemente, además de contar en ese momento con la posibilidad de hacerlo por
la disponibilidad de esos datos, lo que no suele ser común.
En el
Estudio de Salud de la ciudad de Madrid que se está elaborando actualmente con
datos actualizados se refieren las EMVN de los distritos de la ciudad
publicadas por la Dirección General de Estadística del Ayuntamiento de la
capital (disponibles a través de este link: http://bit.ly/1OauQkU). Se destaca que para 2.013 la EMVN de los hombres de la ciudad de
Madrid es de 81,38 años, hallándose una diferencia entre el distrito mejor y
peor situado de 3,5 años (Arganzuela con 82,78 años vs Usera con 79,28). Hay
que añadir que en la actualidad no es posible calcular este indicador en los
barrios de la ciudad porque la información oficial sobre defunciones no se
desagrega ya a ese nivel territorial.
No
obstante, con datos de mortalidad del periodo 2.004/2.005/2.006 investigadoras
de Madrid Salud hicieron un excelente análisis de la mortalidad por
barrios en la ciudad de Madrid, en el que se observa la situación desfavorable
de Orcasur, tanto en hombres como en mujeres (ver http://bit.ly/1KL8UHC), lo que parece
afianzar el dato de esperanza de vida previo.
Las
diferencias en la esperanza de vida son comunes entre zonas de grandes
ciudades. Es famoso el trabajo de Marmot en el Reino Unido en el que demostró
que, con datos de esperanza de vida del periodo 2008/2012, las diferencias de
este indicador en la población masculina que reside junto a la primera y la
última estación de la Línea Jubilee del Metro de Londres es de 6,8 años:
82 años para los hombres que residen cerca de la parada de Westminster y 75,2
para quienes viven cerca de la de Canning Town (se puede consultar
este interesante trabajo en http://bit.ly/1HdZhTe). El epidemiólogo inglés demuestra que viajar en esa línea equivale a
experimentar una caída de un año en esperanza de vida por cada parada que se
recorre. Nuestro compañero Javier Segura, utilizando un símil parecido, publicó
que al viajar en la línea C4 de Cercanías de Madrid se experimenta una
diferencia equivalente a 2,85 veces más mortalidad ajustada por edades entre la
población que vive en Villaverde Bajo (estación hacia la mitad de la línea) y
la que lo hace en Tres Cantos (casi al final), con datos del estudio MEDEA I,
del que es coautor. Por acabar con los ejemplos citaremos el caso de la ciudad
de Barcelona, pues recientemente la institución equivalente a Madrid Salud
allí, la Agencia de Salut Pública de aquélla ciudad, ha
publicado el Estudio “La salut a Barcelona 2013” (http://bit.ly/1aNWCkV) en el que se aporta el dato de que la esperanza de vida de los hombres
(por seguir con el mismo género) de los distritos de la ciudad en el periodo
2008-2013 mostró diferencias tan llamativas como la encontrada entre los que
viven en Ciutat Vella (76,5 años) y los que lo hacen en Les Corts (81,8 años),
es decir, 5,3 años. Por lo tanto, las diferencias en esperanza de vida en
las distintas zonas de una gran ciudad suelen ser grandes,
incluso entre territorios colindantes dentro de ellas, siendo este un
fenómeno común a todas.
En
realidad, desde el punto de vista epidemiológico y en relación a la situación
reciente, llama más la atención el detenimiento del crecimiento histórico de
este indicador registrado en los hombres de España en el periodo 2010 a 2012, y
su correspondiente caída en las mujeres, circunstancia que se ha observado
también en la ciudad de Madrid y recientemente en Barcelona.
A la luz de los datos la situación de la ciudad de Madrid no parece especialmente adversa. Por eso y por todo
lo dicho, sinceramente creo que no ha sido muy afortunado el empleo que de un
dato epidemiológico descontextualizado y puntual hace @ahorapodemos para usarlo como munición electoral. Existe mucha
información disponible que muestra con claridad las importantes desigualdades
sociales en la salud y en todos los ámbitos de la vida entre las personas que habitan en una gran ciudad como Madrid, al igual que en todas las demás, sin
necesidad de rebuscar un dato desactualizado, extrayéndolo del entorno
argumental para el que fue concebido, usándolo para comparaciones
inverosímiles, torciendo su auténtico sentido y desvirtuándolo a la búsqueda de
objetivos para los que no fue elaborado. El objeto de estos análisis es,
precisamente, visualizar las desigualdades sociales y territoriales en la salud
y en los factores condicionantes de la misma para dar argumentos y referencias
a quienes planifican servicios y recursos públicos en su deber de solucionarlas
o, al menos, de aminorarlas.
Además
de ello, su desafortunado uso partidista hace que ante los ojos de algunos estos trabajos puedan ser considerados una amenaza para quienes
gestionan las instituciones.
Lo que
no ayuda mucho a que estas importantes investigaciones de salud pública se sigan realizando.
Manuel
Díaz Olalla
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