La pandemia de la COVID-19 afecta más y más severamente a la población más desfavorecida. Territorialmente existe un riesgo incrementado de infectarse y de morir por esta causa en los distritos más pobres de la ciudad y en los que los hogares se componen de más personas. Analizamos el riesgo de infectarse por SARS-Cov-2 en los distritos de la ciudad de Madrid y su relación con algunas variables contextuales socioeconómicas y demográficas.
La COVID-19 no solo ha puesto en evidencia las graves
desigualdades e inequidades existentes, sino que las ha incrementado
1.
La pandemia se ceba en los más vulnerables a la vez que provoca más desigualdad
en la población, aunque en algún momento, al principio de su expansión, muchos
pensáramos que pudiera no ser así. En aquéllas desconcertantes semanas de marzo
y abril, la cantidad de noticias que difundían los medios sobre personajes
famosos que habían adquirido la infección (empresarios de éxito, artistas,
gente de la jet set en general), alguno de los cuales lamentablemente
fallecieron por ella, nos hizo pensar no que se tratara de un problema de
“vulnerabilidad inversa”, tan poco comunes en salud pública, sino en cierta
transversalidad de su extensión social en relación con la posición
socioeconómica. Nada de eso era así: el tiempo nos ha enseñado que estábamos en
aquéllos precoces momentos ante un déficit de información generalizada y que en
la medida en que hemos conocido más y mejor la naturaleza de este problema y de
cómo prevenirlo, quienes disfrutan de las mejores condiciones de vida (vivienda,
transporte, trabajo, ocio) pueden elegir exponerse menos al coronavirus
SARS-Cov-2 que los demás.