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El Roto |
En estos días se habla mucho de la esperanza de vida de la
población española en relación con la reforma restrictiva de las pensiones de
jubilación que plantea el gobierno. Y se utiliza este indicador de mortalidad de
forma errónea o deliberadamente equívoca para justificar el recorte desde la
perspectiva de que la expectativa vital a la edad de 65 años es cada vez mayor,
por lo que la seguridad social debe
pagarlas por mucho más tiempo una vez que el trabajador alcance la edad
requerida para percibirla. Desde este punto de vista conviene recordar aquí que
el sistema de pensiones tal y como está establecido no es como una hucha que va
acumulando un capital a lo largo de la vida activa para luego disfrutarlo en la
última etapa de la misma, sino que es un modelo de solidaridad
intergeneracional por el que los que cotizamos ahora estamos pagando “al día”
las pensiones de los jubilados actuales para que, cuando lleguemos nosotros a
esa situación, percibamos las que nos correspondan gracias a las cotizaciones que
aporten en ese momento los trabajadores de esa época futura.
Es importante recalcar esto porque la Esperanza de Vida es
un indicador que define el promedio de años que puede esperar vivir un
individuo que naciera en el año en que se hace el análisis si a lo largo de
toda su vida se mantuvieran los mismos riesgos de morir en cada edad que los
registrados ese año. Quiere decir esto que la esperanza de vida, al nacer o a
cualquier edad, calculada por ejemplo para 2012, se elabora a partir de datos de mortalidad de ese año, e indica el
tiempo que puede vivir, de media, un individuo que naciera en 2012, desde el
momento de su nacimiento o el que le
restaría por vivir cuando alcanzara una
edad determinada. Se trata, como se comprende, de una aproximación
teórica pues en realidad y como generalmente las condiciones de vida mejoran a
lo largo del tiempo vital de una generación, esas expectativas se superan al
alta en la medida en que se van cumpliendo años. Por eso la esperanza de vida
teórica de una persona no es cero cuando, por ejemplo, alcanza los 70 años, a
pesar de que la calculada para él según el año y el lugar en que nació fuera de
66 años. Una vez que una generación supera la edad promedio de supervivencia,
el tiempo medio que le puede quedar por vivir a los que aun continúen en este
mundo se deduce igualmente de aplicar las tasas de mortalidad que se
registraron entre quienes realmente tenían esas edades en el año de nacimiento
de la generación de estudio. No cabe duda de que es esperable que cuando los
nacidos hoy lleguen a cumplir las edades que nos interesan, los 65 años en las
simulaciones que hacemos, sufran una mortalidad menor que la que padecen
actualmente los que ya tienen esa edad. Se trata del progreso, y desde esta
perspectiva sin duda el tiempo restante de vida será mayor que el obtenido con
esta metodología.
El comité de expertos al que el gobierno ha encargado el
informe para la tan cicatera e injusta reforma ha publicado datos de esperanza
de vida de la población española a la edad de 65 en diferentes años de cálculo
a partir de extrapolaciones sobre las conocidas a día de hoy. No tienen más
remedio que hacerlo así porque, como se
ha dicho, es preciso conocer la mortalidad registrada a todas las edades en la población
estudiada en un año determinado para calcularla y la última información disponible
sobre ello en España es la de 2012, publicada por el INE el 18 de Junio pasado.
A partir de las deducciones teóricas que
hace, dicho grupo calcula un (mal) llamado “factor de equidad intergeneracional
“ que no es más que un coeficiente de rebaja
que se aplicará a las cantidades que deberían percibir en el futuro los
pensionistas según el modelo aplicado hasta ahora.
Tomemos como ejemplo dicho año 2012 que, aunque no figura en
la tabla, es el último con información fehaciente: la esperanza de vida a los
65 años en hombres es de 18,41 años y en mujeres de 22,36 años. Lo cierto, entonces, es
que quienes hayan cumplido en 2012 los 65 años han nacido en el año 1947. Si
consultáramos en la página web del INE las tablas de mortalidad de España del siglo
XX observaríamos que la población española que nació en ese año tenía una
esperanza de vida al nacimiento de unos 59 años si fueron hombres y de unos 64
años si fueron mujeres. Quiere decir esto que la mayor parte de esa generación,
más de la mitad, muy probablemente ya ha fallecido. Por lo que van a alcanzar la anhelada
jubilación una suerte de supervivientes que merecerían más bien premios que
castigos y ver su pensión antes incrementada que saqueada. Según esas mismas tablas, los que de entre
ellos alcanzaran en 2012 la edad de la jubilación, tendrían por delante, como
media, aproximadamente 11, 50 años en el
caso de los varones y 13, 20 años en el de las mujeres, calculados a partir de
la mortalidad real registrada en 1947 en personas de esas edades. Es decir, aproximadamente
7 años menos en los hombres y 9 años menos
en las mujeres de expectativa vital a
esa edad entonces que ahora (ver tabla).
Pero hay otro dato relevante: los cálculos los hace el tan
nombrado grupo de expertos a partir de
una proyección lineal de las esperanzas de vida de los últimos años como si su
incremento fuera una función aritmética constante y no estuviera sujeto a otros
avatares. Lo está y mucho y así se demuestra en los datos registrados
recientemente que arrojan que se incrementa la mortalidad general en nuestro
país, en especial durante el primer año de vida, de los 5 a los 15 años y en las
edades más avanzadas, provocando ya un “estancamiento técnico” de la esperanza
de vida. Con datos del INE recién publicados se atestigua que la mortalidad
creció en nuestro país en 2012 casi un 5% respecto a la del año anterior,
siendo este crecimiento el mayor del decenio, a la vez que retrocede la
esperanza de vida al nacer en el conjunto de la población y en las mujeres, sin
duda como efecto, entre otras, de las
políticas restrictivas que aplica este gobierno: los recortes en salud y en gasto social, la
privatización del sistema sanitario público y otras iniciativas de
desmantelamiento del sistema de protección social del que nos habíamos dotado. Sobre
el impacto de las mismas en la salud existe mucha información disponible pero
se debe resaltar un interesante trabajo científico que se ha publicado en la
prestigiosa revista British Medical Journal el pasado 13 de Junio, que aborda directamente
la triste realidad española.
Según el comentado último informe sobre Movimiento Natural
de Población publicado por el INE es preciso resaltar que en la línea del
retroceso de la esperanza de vida al nacer comentado, en 2012 se registra
también un retraso en la expectativa
vital a los 65 años de 0,2 años sobre la de 2011 en cada sexo. Si para fiasco de expertos y ministros y como
parece, la esperanza de vida a los 65 años continuase retrocediendo en nuestro
país en los próximos años sería bueno
saber si se aplicaría ese coeficiente teórico que nos han presentado basado en
falsas expectativas permanentemente al alza o se aplicaría el derivado de los
auténticos cambios que puedan registrase. Si se confirmara la inquietante
tendencia a la baja en las expectativas vitales conocidas en 2012 ¿se aplicaría
el coeficiente a la inversa, es decir, incrementando el monto de las pensiones?
O, directamente y hablando en plata, si
como parece la esperanza de vida a los 65 años retrocede en los próximos años ¿cabe
en las previsiones de los ilustres consultados que aumenten las cantidades que
nos abonarán cada mes en nuestras pensiones ajustándolas no sólo al IPC sino
también al menguante tiempo que nos
reste por vivir?
Sería lo justo. Algo así como un premio. De consolación, no
lo dudo, pero un premio al fin.
Manuel Díaz Olalla
Esperanza
de Vida al Nacer en hombres (años)
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Esperanza
de Vida al Nacer en mujeres (años)
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Esperanza
de Vida restante a la edad de 65 años en hombres (años)
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Esperanza
de Vida restante a la edad de 65 años en mujeres (años)
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Nacido/as
en 1946
|
59
|
64
|
11,50
|
13,20
|
Nacido/as
en 2012
|
79,26
|
85,01
|
18,41
|
22,36
|
Esperanzas de vida al nacer y a la edad de 65 años según año
de nacimiento, España. (Fuentes: INE y elaboración propia)
(*) En el año 2010 y a costa de la rebaja de las pensiones aplicadas por el gobierno Zapatero con las mismas peregrinas argumentaciones escribí un trabajo con el mismo título que se publicó en diferentes medios digitales, del que este se puede considerar una terca continuación.
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