jueves, 8 de agosto de 2013

Carta a El Corte Inglés, empresa privatizadora de la sanidad pública madrileña

En este afán que me consume, quizás algo estéril aunque bastante reconfortante, de repartir misivas indignadas por el expolio al que se quiere someter a la sanidad pública madrileña y de otras partes del Estado, envié hace unas semanas un correo electrónico a la empresa comercial "El Corte Inglés" en la que le hacía algunas preguntas en relación a su participación en dicho proceso, una vez que se conoció que era una de las empresas adjudicatarias. Me respondió gentilmente una persona del Departamento de Atención al Cliente (puse "al cliente", que no "al paciente", todavía) un correo en el que me aclaraba que su empresa participa en este despropósito a través de una filial que se dedica a la informática, transmitiéndome la consideración de que ellos nada tienen que ver con el expolio sino que con esta operación aportan su conocimiento y experiencia en implantación de las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) en las administraciones públicas. Aunque agradecí la deferencia de responderme tuve que contestarle con la carta que copio a continuación y de la que ya no espero respuesta. 



Madrid a 29 de Julio de 2013

Estimada Sra:

Ante todo quisiera manifestarle mi gratitud por la gentileza que ha tenido al contestar a mi anterior correo electrónico.

Le agradezco sus explicaciones pero le aseguro que están absolutamente alejadas de la realidad y nada es como usted lo cuenta. No dudo que la que usted me da sea la versión que le gustaría a El Corte Inglés que la gente creyera sobre la situación de la que hablamos, pero creo que está profundamente equivocada.

Lo cierto es que El Corte Inglés forma parte de un conglomerado de empresas que se va a quedar, si algún juez sensato no lo impide, con la gestión de algunos hospitales públicos por 10 años, en una modalidad de "entrega" de esta obligación de las administraciones públicas en virtud de la cuál para nada cuenta la supuesta especialización o experiencia de cada empresa (los TIC en el caso de ustedes) pues no se trata de una concesión o un contrato por un servicio, que es como usted quiere convencerme de que se establece esa relación comercial, no, sino que El Corte Inglés, junto con las demás empresas con las que forma holding, recibirá un dinero, mucho, para dar atención sanitaria especializada a una cierta cantidad de ciudadanos, los que viven en el área de influencia de dichos hospitales, en los 10 años por los que se fija el contrato. Ese pago se basa en una estimación bastante arbitraria sobre un cierto "cápita" (es decir, la media de gasto por habitante que se calcula necesaria para dar esa atención en el tiempo establecido) sin que la empresa, El Corte Inglés, tenga que justificar si se lo gasta o no y en qué lo hace. Como resulta que su empresa, como las demás que concurren (bancos, empresas de la construcción salpicadas de la Gürtel, multinacionales de turismo sanitario, etc), no son organizaciones solidarias, ni filantrópicas, ni ONG´s, además de no tener ninguna experiencia en gestión sanitaria, sino que trabajan con el objetivo de obtener ganancias y cuántas más mejor, con seguridad no dudará en "ahorrar" todo lo que pueda de la bolsa que estos lamentables políticos que rigen la Comunidad de Madrid les va a entregar, por el sencillo motivo de que cuanto menos gasten en dar atención de calidad y en su cantidad precisa a los ciudadanos más grande será el beneficio de sus accionistas, que para eso trabajan. 

¿Que cuál es el resultado de esta situación? Lo entiende cualquiera: peor atención, más barata y con menos recursos para la asistencia a los ciudadanos. Desconozco los cálculos de cualquiera pero yo lo tengo claro: si mañana debiera someterme a una intervención quirúrgica o a un tratamiento sofisticado, largo y costoso, lucharé por encima de todo porque me atiendan en un hospital en el que el gerente no se lleve tanto más dinero para su empresa cuánto menos se gaste en mí. No sé si me comprende. Seguro que usted, y cualquiera que tenga dos dedos de frente, elegiría lo mismo que yo.

No dudo que la modalidad contractual que comenta y en base a la que me quiere hacer creer que se basa el contrato que le ha adjudicado a El Corte Inglés, junto a OHL y Ribera Salud, la gestión de los hospitales Infanta Leonor (Vallecas) y Sureste (Arganda del Rey), esa misma que se fundamenta en el principio "usted se compromete a darme servicios informáticos y yo le pago equis", la haya desarrollado El Corte Inglés en multitud de ocasiones con todo éxito y, sinceramente, creo nunca debiera haberse salido de ese guion de relación comercial en su afán de seguir brindando servicios remunerados a la sanidad pública, pues ese sistema no tiene por qué ser nocivo para la salud ni dañar los derechos de los ciudadanos a recibir una atención de salud de calidad y equitativa, si se le aplican los controles y las garantías adecuados. Como ejemplo que ayuda a visualizar lo distinta que es aquélla de la que emprende ahora, constate usted misma que nunca ese tipo de actividad en formato de "contrato por la realización de un servicio", tan acometida por El Corte Inglés como usted dice,  ha recibido el rechazo unánime de la ciudadanía y de los profesionales sanitarios como lo merece esta.

No tenga ninguna duda de que  la gestión basada en el ahorro y en el beneficio económico de quien gestiona es un desastre para los derechos de los ciudadanos y para su salud. Permítame que le dé un ejemplo: en el Reino Unido, en 2009, se hizo público el resultado de la investigación sobre la gestión del hospital Mid Staffordshire que se llevó a cabo después de que las autoridades sanitarias advirtieran de que en ese centro habían muerto entre 400 y 1.200 personas más de lo que se debería esperar según las estadísticas. Este estudio, elaborado por una comisión dependiente del Ministerio de Sanidad británico, determinó que en la gestión del hospital había primado “la consecución de objetivos económicos por encima de la calidad del servicio”, señalándose este hecho como el factor causal involucrado con más claridad en estos fatales resultados. El primer ministro británico, Cameron, pidió perdón recientemente en la Cámara de los Comunes por lo acontecido y por la responsabilidad de los gestores públicos en la puesta en marcha de las políticas que generaron tan letales consecuencias (Efe: salud. "Cameron pide perdón por negligencias mortales en un hospital británico", encontrado en internet, consultado el 2 de Abril de 2013 y disponible en: http://www.efesalud.com/noticias/cameron-pide-perdon-por-negligencias-mortales-en-un-hospital-britanico/ .

Como le dije agradezco su atención, pero soy cliente de El Corte Inglés desde hace más de 20 años y, después de conocer su participación en este atentado contra la salud de los ciudadanos, he decidido dejar de serlo. Intentaré convencer, creo que ya lo están, a amigos,  familiares y personas de mi entorno de que me imiten. No dudo de que El Corte Inglés haya depositado en este expolio sus esperanzas de hacer un buen negocio, pero espero que la reacción de clientes y amigos de la empresa al conocer el autentico alcance de estas actividades, convierta ese deseo en un fiasco.

Sinceramente le reitero que creo que El Corte Inglés nunca debiera haberse metido en algo tan repudiable como esto. Y espero que este negocio, finalmente, sea "un mal negocio" para ustedes, de la misma manera que deseo que no perjudiquen, en su afán de obtener tan pingües beneficios, la salud y el bienestar de muchas personas. Hay que considerar siempre que el hecho de que sea una actividad legal no significa que sea una actividad decente. En este país ambos conceptos aparecen, con demasiada frecuencia, disociados.

Atentamente,

J. Manuel Díaz Olalla

(Cartel tomado de "recuperarmadrid.blogspot.com.es")

1 comentario: