martes, 14 de enero de 2020

El sistema sanitario español y la universalidad en el Informe sobre la Salud en Europa de la OCDE y la OMS


Recientemente la OCDE y el Observatorio de Sistemas de Salud y Políticas Sanitarias de la oficina de la OMS para Europa han publicado el Informe “Health at a Glance: Europe 2018, state of health in the EU cycle” 1  en el que se hace un detallado análisis de la situación de la salud de la población de 30 países europeos, relacionándola con datos seleccionados de sus factores determinantes. Aunque la totalidad del documento resulta de gran interés, nos lo parece especialmente el perfil de España (State of Health in the EU – Spain) y más concretamente la visión que ofrece sobre la estructura y el funcionamiento del sistema sanitario.
Resalta el hecho de que el gasto sanitario español, siendo notablemente menor que el de la mayoría de los países de la UE (con sus 2.371 EUR per cápita en 2017 se coloca en un 15% menos que la media de todos ellos) obtiene buenos resultados, si estos los medimos con indicadores de salud tales como la esperanza de vida al nacer. Este planteamiento tan conocido nos debe llevar, no obstante, a reflexionar sobre el hecho de si la expectativa vital en una sociedad tan envejecida como la nuestra y con tanta carga de enfermedades crónicas sea el mejor indicador global de salud y si este punto de vista es el más correcto cuando sabemos desde Lalonde2 que en sociedades con alto nivel de desarrollo la mayor parte de los problemas de salud de las personas están fuera del sistema sanitario (determinante sociales y estilos de vida). Hecha esta salvedad es bueno escarbar en sus páginas para constatar que la infra-financiación del sistema se consolida desde que se inauguraran los recortes del gasto público con la excusa de la crisis económica (desde el 6,77% del PIB en gasto sanitario público en 2009 hasta el 5,9% presupuestado para 2020), que la aportación privada al gasto sanitario crece en nuestro país situándose en el 29% del desembolso total mientras que en la UE no alcanza el 21% y que la contribución de los ciudadanos en forma de pago directo de medicamentos es mucho mayor en nuestro país que en el conjunto de Europa (24% de todo el gasto sanitario frente al 16%, respectivamente).